LA PLACA DE LA PUERTA DEL SOL

En un artículo que me fue publicado en el Diario Digital Siglo XXI, “A nuestros Héroes de Baler”, enfatizaba la insensibilidad, apatía y hasta me atrevería decir desprecio, que secularmente mostramos en España, hacia los grandes personajes y acontecimientos de nuestra historia. Paradigmático de esta circunstancia fue el homenaje que el Congreso estadounidense tributó hace unos meses, al insigne político y militar español Bernardo de Gálvez. Hablamos de una figura que luce resplandeciente en el Olimpo de prohombres de la historia de los Estados Unidos y que en España es totalmente desconocido.

Para plasmar esta desazón me serví de un sintomático artículo publicado en 1899 por el antiguo diario El País, que narraba la triste llegada de los últimos soldados españoles de Filipinas. Repasemos de nuevo el texto:

“Fuisteis bravos, tenaces, épicos y sublimes. Grecia habría colocado, en esas costas del Pacífico, rumorosas y centelleantes conchas y caracolas, pedrerías de los mares tropicales y un león de piedra erguido y formidable, mirando a los Estados Unidos, como el león de las Termópilas miraba a Persia.

Roma habría Transportado de Egipto un monolito, y en él habría hecho inscribir en magnífico latín, digno de Tácito, vuestro elogio consagrado a la inmortalidad. Inglaterra, habría puesto vuestros nombres a cien calles de sus ciudades y veinte estatuas recordarían en Londres, vuestro heroísmo.

Francia, os prepararía un recibimiento babilónico cubriendo de flores las calles, abrazándoos delirantes de entusiasmo los hombres, enviándoos besos las mujeres, cantando vuestras glorias muchedumbres electrizadas.

España… España enviará al muelle de Barcelona el brillante cuerpo de Guardias de Consumos, por si traen los héroes de Baler algún género de contrabando ¡Claro que lo traen! ¡Porque el corazón de esos valerosos resulta ya contrabando en esta tierra!”

 

Sin embargo estaba equivocado. Era un escéptico. En España sí que sabemos reconocer las grandes acciones de nuestros compatriotas ¿Por qué digo esto ahora? Rectifico porque la Junta del Distrito Centro de la capital, ha aprobado recientemente la instalación de una placa situada en la Puerta del Sol para honrar…

No a los componentes de la “Real Expedición Filantrópica de la Vacuna” de cuyo periplo manifestara Alexander von Humboldt que se trata del viaje más memorable en los anales de la historia. Tampoco a los héroes de Bailén, Arapiles o San Marcial. Ni a la Juntas Municipales o Provinciales y demás defensores de la libertad y de la soberanía nacional que se levantaron en repetidas ocasiones en nuestro país, a lo largo del agitado siglo XIX. Ni a los caídos en Castillejos, Tetuán, la Conchinchina, el Callao, Puerto Rico, Santiago, Cavite, Melilla, Barranco del Lobo, Annual o Alhucemas entre otros relevantes episodios de la historia española contemporánea. No, no se rendirá tributo a ninguno de los protagonistas de estos lances. Porque la placa que pretende ser ubicada junto al distintivo que honra a los valientes del 2 de mayo y a las víctimas del 11-M, busca en palabras del Ayuntamiento: “¡Ser un reconocimiento del pueblo de Madrid al Movimiento 15- M!”  ¡Albricias!… A partir de ahora tendré que reconocer que los españoles sí que sabemos reconocer los episodios heroicos de la historia de nuestro país…

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